domingo, 25 de mayo de 2014

Tu.

Dios.

Tu estas aquí, aquí a mi lado siempre. Y aunque me he caído muchas veces, no ha sido el hombre quien me ha dado la mano para levantarme, has sido tu quien me ha levantado.
Me he perdido, pero tu siempre me has mostrado la luz, y lograr encontrar mi camino.
Me han herido, y ha dolido, pero has sido tu quien me ha sanado, y poco a poco cicatrizas mis heridas.

Eres ese profundo del mar, eso que el humano nunca podrá descifrar, ni ver físicamente, eres ese aliento, ese suspiro en las mañanas, esa sonrisa al ver un nuevo día, ese querer hacerlo mejor, esas gracias que siempre tengo en mi boca. Eres ese a quien siempre quiero amar y alabar.

Eres mi principio, mi fin. Eres el motivo de mi vida, por ti estoy aquí, y para ti quiero estar aquí.
Sé que existes porque si me caigo, me levantas, si me enredo me desatas. Losé porque tengo tu calma después de llorar.

No necesito que nadie me convenza de nada, tu estas en mi vida, y eres el motivo de ella.
Si a la gente no le gusta, que triste.
Yo creo en ti, y creeré hasta el día en que el ultimo suspiro salga de mi cuerpo.

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