viernes, 27 de febrero de 2015

Tal vez un día normal, tal vez no pero, definitivamente con una pizca de especial, pero solo porque en esa pizca estabas tu.

Fue algo mágico, tan mágico como Isabel allende describe lo mágico en los adentros del amazonas, así fue.

Es que había un brillo en sus ojos oscuros que, hacían efecto en cualquier persona, en especial en mi, qué decir de su  sonrisa que completaba todo. Solo bastaba mirarlo, verlo sonreír y ahí estaba muerta de amor y sonriendo como una niña.

Fueron dos minutos que lo vi, pero bastaron solo dos minutos para darme cuenta que así era la persona que buscaba, bastaron esos treinta segundos en los que nos miramos solo a los ojos y él solo sonrió, como si el tiempo se detuviera en esos segundos, así fue.
Tal vez fue algo muy tonto y efímero, pero fue mágico, porque los ojos hablan y creo que en aquellos treinta segundos nuestros ojos hablaron.

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