domingo, 7 de septiembre de 2014

The Sunday.

Nuca nada es como yo esperé, nada nunca será como yo espero. Pero y ¿ese no es el punto?

Tal vez sí, tal vez no, ya no lo sé. Pensaba saber tantas cosas, pensaba que tenia todo bajo control, pero no, no es así todo cambia en un segundo y ya no sé, siento que no se nada.

Andamos por la vida corriendo de aquí allá, intentando superar cada día, sonriendo para no llorar, mirando a otro lado escondiendo las lagrimas, porque no quieres que vean lo bajo que caíste. Pero llorar no es caer bajo, llorar es aceptar que duele, que somos humanos y que hay cosas que no podemos controlar.

Puedo decir que no me gustan los domingos, son días tristes en los  en los cuales siempre se reflexiona y nos damos cuenta de lo malo que hacemos, y tal vez de lo malos que somos.

A veces lloro al sentirme impotente, al sentir que no puedo ayudar a tanta gente que quiero ayudar, de saber que nada hago bien, y que todo lo que pienso y siento esta mal, no soy lo que la gente espera, no soy lo que debería ser, ni tampoco lo que quiero ser.

Y sí es verdad, daría todo por dejar aunque sea tan solo un segundo, de ser yo, porque es que dime ¿qué se hace para eso de odiarse a sí mismo?

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